En una nueva edición, 110 comensales se reunieron en el céntrico restaurante Remigio, para exaltar a esta típica chaqueta tudelana.

Un año más los asistentes pudieron disfrutar del tradicional menú compuesto por chistorra, sopas de ajo, pebre de conejo con caracoles y queso con membrillo y nueces. Todo ello regado con vinos de Bodegas Gran Feudo.
Pero antes de comenzar la cena, la Orden del Volatín quiso agradecer a todos los asistentes su incondicional asistencia a lo largo de todos estos años con un pañuelo rojo festivo con la elástica bordada.
Después de la cena, la Orden quiso reconocer la dilatada trayectoria de González sobre los escenarios “siempre a favor de nuestra cultura”.
Uno de los fieles a esta cena, que en esta ocación hacia la edición 36, es Alfonso Ciria. La Orden del Volatín quiso reconocer su asiduidad a la asistencia a esta cena, así como el uso habitual de esta prenda por su parte.
Una vez terminados los reconocimientos, se procedió al sorteo de numerosos regalos por parte de los patrocinadores que una vez más nos han apoyado en este acto. Variados fueron los regalos que se repartieron donados por Graficas J. Marín, Bodegas Gran Feudo y Eroski.
Para terminar la velada pudimos disfrutar de chascarrillos, acompañados con jotas y canciones populares con las cuales Luis arranco grandes carcajadas a todos los asistentes.